domingo, 22 de abril de 2012



NO te duermas. Entre los brazos del día y las fauces del sonido.

NO te vayas, entre palabras que alfombran los pasos de la luz.

NO te vayas, quédate en esta confortable oscuridad. EN este avasallador silencio. Entre pasillos vacíos y momentos muertos.

NO dejes que tomen tu mano las alegrías, que no te invadan las carcajadas, que no, que no, que no, que no.
 NO digas si. NO aceptes. Es mejor esta nada este tiempo que se arrastra. Nos hará eternos en los callejones del retiro.

Esta siniestra oscuridad, este corazón roto. Esta agonía saludable es preferible, confortable, conocida. 

NO te atrevas, porque esta nada no tiene sentido sin ti. Porque esa otra nada me aguarda. Prometo estar poco tiempo, prometo que habrá luz para ti en el final. Prometo sin cumplirte.

Pero te irás. Montarás el puente de luz. Bifrost será tu hogar y el mío Naglfar. Sin llamas se irá mi barca, pues la luz sería odiosa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sihuen, en este escrito noto un "ironía" en esta serie de "consejos" que me resulta muy interesante, al principio parece una especie de llamado hacia lo oscuro pero después parece deslizarse una crítica, ¿le estoy errando feo? abrazo gregorio

Escritor con Blog dijo...

NO grego, para nada le estás errando. LO veo como una serie de palabras que no deberían ser dichas (nunca digas nunc) nadie nos invita a lo triste, a los oscuro, al menos no de manera directa. Pero luego se desliza a algo que siempre creí. NO hay extremos que no sean pasajeros, luminosos u oscuros. Pero siempre creí que los extremos oscuros son siempre más reveladores que los luminosos. Demasiada luz deslumbra. Demasiada oscuridad deja ver.