Superman, Mikael Blomkvist y el estado actual del periodismo
Cuando
en 1938 el personaje Superman vio la
luz sus creadores debieron otorgarle una identidad secreta y con ella una
profesión. ¿A qué podía dedicarse un superhombre que podía: volar, recorrer el
universo, crear vientos con su aliento, lanzar rayos de sus ojos y realizar
múltiples proezas? Este Kryptoniano (un semidiós para nosotros simples
mortales) decidió ser periodista. Más allá de que Superman nunca fue demasiado
apreciado en nuestro país, sobre todo si lo comparamos con Batman, no es
casualidad la elección realizada por sus creadores. Esa era la percepción que
existía en aquella época acerca de los profesionales del periodismo. El
periodista encanaba (al menos en el imaginario popular y especialmente en el de
los propios periodistas) a un hombre valiente capaz de todo, Independiente
hasta la más mínima fibra de su ser y, con sus investigaciones, capaz de
derrocar al tirano más malvado, sea este político, empresario o simplemente un
mafioso.
Quienes
no son lectores habituales de comics imaginan a los personajes detenidos
siempre en un mismo momento, con las mismas características, con la misma
personalidad. Lois Lane, desde su visión, siempre será el objeto de afecto de
Clark Kent, pero él nunca se atreverá a decírselo. Batman siempre será un
solitario luchador contra el crimen.
Peter Parker siempre será un pusilánime que jamás tendrá una sola chance
con Mary Jane. La verdad es que el mundo del comic se halla en constante
transformación (en la actualidad es presa de un exceso de transformación,
motivada principalmente por motivos económicos) Clark y Lois se casaron, Batman
tiene mil acompañantes y hasta un hijo; y a Spiderman le han sucedido tantas
cosas que no vale la pena ni mencionarlas. Pero una cosa permanece: Clark Kent
sigue siendo periodista y eso no es ni casualidad, ni falta de inventiva por
parte de quienes están a cargo del personaje.
En
los últimos años una serie de novelas conocidas como la trilogía Millennium ha
ganado un lugar privilegiado en las estanterías de las librerías y en la
atención de los medios de difusión. En ellas el protagonista es un periodista
que todo lo puede. Descubre asesinatos que permanecieron cuarenta años sin
resolver, captura a violadores y asesinos seriales, tiene sexo con múltiples
mujeres sin siquiera proponérselo, envía a la cárcel a empresarios corruptos,
etc. Esta serie de novelas ha tenido un éxito comercial gigantesco, tan
impresionante ha sido su repercusión que cada una de las novelas que componen
la trilogía ya cuenta con su versión cinematográfica proveniente de Suecia y la
primera de las novelas de la saga tiene su versión norteamericana llamada La chica con el tatuaje de Dragón, y
esto tampoco es casualidad. Al igual
que Superman, el hombre que todo lo puede, este super hombre moderno, carente
de super poderes pero con gigantescas habilidades para resolver delitos y
agradar al público, también es periodista.
No
resulta casual que en la actualidad del periodismo mundial (particularidades de
nuestro país aparte) el personaje de Mikael Blomkvist (el periodista, personaje
protagónico de la saga Millenium) cobre tanta importancia. Se sabe que ningún
Best Seller llega a ser tal sin el apoyo de las editoriales y de los medios de
comunicación. En la actualidad Rupert Murdoch, uno de los más ricos y poderosos
dueños de multimedios en el mundo enfrenta acusaciones de espionaje y prácticas
de escuchas ilegales. Alrededor del mundo la sensación de que los periodistas
no son cruzados en búsqueda de la libertad de opinión sino meras marionetas
corporativas colocadas en ese lugar para repetir todo aquello que los dueños de
los medios de comunicación desean que digan es cada día mayor.
Pero hay un
lugar en el mundo en el que esa sensación no es tan palpable ni tan clara,
Estados Unidos. En ese país los medios poseen un público cautivo muy firme y
son los principales responsables de la formación de opinión del ciudadano
norteamericano promedio. Casualmente el mismo Rupert Murdoch es dueño de la
cadena Fox, quien juega políticamente a favor del partido Republicano. De hecho
puede decirse sin temor a equivocarse que es la cadena es la principal
responsable de que Bush haya sido electo presidente en el 2001 en un fraude
electoral de monumentales proporciones. A pesar de todo esto, tanto la cadena
como los periodistas que trabajan en ella no sufren un desprestigio mayor que sus
rivales. Se sabe en Estados Unidos que Fox News manipula la verdad, miente y
opera política y socialmente. Sin embargo es una de las cadenas de noticias con
mayor rating y su noticiero es uno de los que cuenta con mayor audiencia.
Los periodistas
siguen ocupando en ese país de un prestigio importante en la sociedad, siguen
gozando de una posición de privilegio y de una reputación positiva, la cual no
se ha visto afectada de manera significativa, como si ha sucedido en muchas
otras partes del mundo.
No es
casualidad entonces que Superman, símbolo imperecedero de Estados Unidos,
portador de la bandera norteamericana en su traje, siga siendo periodista. No
es casualidad que Mikael Blomkvist cobre vida en la nueva versión de la novela
de Larsson, pero en esta ocasión hablando en ingles. Conocemos lo poco propensa
a la autocrítica que es la cultura norteamericana y como ante cualquier crítica
reacciona con una reafirmación exacerbada de sus valores. En la novela gráfica Watchmen un accidente convierte a un científico en un ser
todopoderoso al que apodan Dr. Manhattan . Años después, al ser entrevistado,
un ex compañero del científico dice: Dios
existe y es Norteamericano, a lo que agrega que esa idea es una que debería
llenarnos de temor.
Mikael
Blomkvist es un personaje creado por un autor sueco que transcurre sus
aventuras en la tierra natal de su autor, no es un dios ni es norteamericano,
pero en el contexto actual bien podría ser el Superman del siglo XXI que
Estados Unidos y el periodismo estaban necesitando para evitar la falta de
confianza y transparencia que el público comienza a percibir en ellos.
Sihuen Yema