Carnaval de ánimas.
We are the hollow men
We are the hollow men
We are the stuffed menLeaning together
Headpiece filled with straw. Alas
The Hollow men-T.S Elliot
Mi ser es uno más en este carnaval de ánimas. Solo uno más que danza y se retuerce en este ritual carente de sentido. Los brillantes colores parecen una burla ante este devenir opaco. Las muecas deforman los rostros.
La ronda sigue su curso, concluye para volver a empezar. La noche deviene en día, la vida en muerte. Los cadáveres se apilan a nuestro lado, pero ya no podemos verlos. La ronda debe seguir, sin preguntar porqué. Crucificar mis deseos en pos de este círculo perenne no anula mi voluntad de anularme.
¿Qué es una vida que nada deja detrás?. Cuando me hunda en lo eterno, que no es siquiera polvo o sombras, otro será llamado a ocupar mi lugar. A continuar la ronda, a unirse al carnaval de almas. Lo hará con un gesto descarnado en el rostro, con una sonrisa inerte y con la sensación de estar cumpliendo su deber. Y finalmente otro lo derrocará para ocupar su lugar
Así los días se agolpan en este trillado carnaval. No he levantado un monumento eterno, pues ¿alguien conoce la extensión de una eternidad?. Mis palabras son solo cuadros en las paredes de esta edificación. Quizá los hombres se detengan a contemplarlos, pero la ronda seguirá y ni siquiera me es dado poder escapar. Trasciendo las reglas del juego con una mueca velada, revelándome. Más aún la ronda sigue y yo soy parte de ella.
Nada ha visto el principio y nadie verá el final. La ronda es eterna y en ella todos ocupamos nuestro lugar. No intentes romperla, de nada valdrá. Solo ella se cree tan eterna como el tiempo. Pero ni siquiera ella lo sobrevivirá.
Mi ser se halla atrapado en este carnaval de ánimas. La ronda continúa y no puedo escapar.
29 de Noviembre de 2006
The Hollow men-T.S Elliot
Mi ser es uno más en este carnaval de ánimas. Solo uno más que danza y se retuerce en este ritual carente de sentido. Los brillantes colores parecen una burla ante este devenir opaco. Las muecas deforman los rostros.
La ronda sigue su curso, concluye para volver a empezar. La noche deviene en día, la vida en muerte. Los cadáveres se apilan a nuestro lado, pero ya no podemos verlos. La ronda debe seguir, sin preguntar porqué. Crucificar mis deseos en pos de este círculo perenne no anula mi voluntad de anularme.
¿Qué es una vida que nada deja detrás?. Cuando me hunda en lo eterno, que no es siquiera polvo o sombras, otro será llamado a ocupar mi lugar. A continuar la ronda, a unirse al carnaval de almas. Lo hará con un gesto descarnado en el rostro, con una sonrisa inerte y con la sensación de estar cumpliendo su deber. Y finalmente otro lo derrocará para ocupar su lugar
Así los días se agolpan en este trillado carnaval. No he levantado un monumento eterno, pues ¿alguien conoce la extensión de una eternidad?. Mis palabras son solo cuadros en las paredes de esta edificación. Quizá los hombres se detengan a contemplarlos, pero la ronda seguirá y ni siquiera me es dado poder escapar. Trasciendo las reglas del juego con una mueca velada, revelándome. Más aún la ronda sigue y yo soy parte de ella.
Nada ha visto el principio y nadie verá el final. La ronda es eterna y en ella todos ocupamos nuestro lugar. No intentes romperla, de nada valdrá. Solo ella se cree tan eterna como el tiempo. Pero ni siquiera ella lo sobrevivirá.
Mi ser se halla atrapado en este carnaval de ánimas. La ronda continúa y no puedo escapar.